En estas épocas invernales son muy frecuentes los excesos en las comidas y el alcohol; de hecho nuestras digestiones se ven alteradas y tienden a ser más difíciles y lentas apareciendo la acidez y los gases o flatulencias. Situaciones semejantes se producen también en personas con enfermedades propias del aparato digestivo como gastritis, con malos hábitos alimentarios durante todo el año, intolerancias a algunos alimentos o por causas psicológicas que conocen bien este mal.  

Fundamentalmente para evitarlas debemos tomar comidas ligeras, con poca grasa como pescados o aves como el pavo, sin picantes ni salsas, no abusar del alcohol ni del café, masticar bien los alimentos, tomar de postre piña o papaya, no comer deprisa, procurar tomar infusiones como manzanilla, menta, hinojo, anís…, e intentar dar un paseo antes de acostarse o hacer un poco de ejercicio. Si vamos a dormir una siesta, que sea corta y mantengámonos sentados para evitar el reflujo gastroesofágico.                      

Además de las infusiones y del limón o vinagre de manzana, se puede tomar alcachofa que favorece la digestión de las grasas, ayuda al estreñimiento y es protectora del hígado. La podemos encontrar en cápsulas en nuestra farmacia. También es bueno el boldo, que estimula la secreción biliar y favorece la digestión  y además tenemos un montón de remedios farmacológicos como antiácidos o enzimas digestivas, que paliarán los síntomas según sea el caso. Que aproveche…