Es muy habitual que los pacientes se deshagan de sus recetas médicas o copias de recetas bien tirándolas a la papelera, o dejándolas en la farmacia para su destrucción. Pues os recomendamos que las conservéis en vuestro poder, especialmente en verano si se viaja al extranjero…

Tanto la receta como su copia son el documento que permite al paciente justificar y acreditar que está recibiendo el tratamiento correspondiente y por lo tanto su derecho de posesión.

En la práctica nos puede resultar muy útil si nos lo solicitan en aduanas cuando viajamos al extranjero, en centros médicos que no tengan nuestra historia clínica e incluso ante cuerpos y fuerzas de seguridad que nos lo puedan requerir.